martes, 15 de mayo de 2012
domingo, 6 de mayo de 2012
Al gobierno del Estado de Michoacán
A las autoridades universitarias
A la comunidad universitaria
A la sociedad michoacana
Una comunidad se forma cuando unos
grupos humanos, por diversos que sean, se reconocen en el mundo al que
pertenecen, aprenden a amarlo y a compartirlo, y no gastan sus vidas en
despreciarse unos a otros, en discriminarse unos a otros.
William Ospina
Transcurría
la vida universitaria en medio de una dulce y divina tranquilidad, cobijada por
la paloma de paz, cuando de pronto apareció el fantasma de la discordia.
Ramón
Martínez Ocaranza. Poeta y profesor nicolaita. Texto escrito en 1966 a partir
de la agresión del ejército a estudiantes de la UMSNH
¿Quiénes son los vándalos?
La
madrugada del pasado sábado 28 de abril las policías estatal -en concreto el
cuerpo llamado “GOE”- y federal, irrumpieron en 3 Casas del estudiante
habitadas por alumnos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
con lujo de violencia, sin órdenes de cateo, sin órdenes de aprehensión. Así,
de noche, de manera ilegal, como en las décadas de los 60's y 70's. Como en
marzo de 1963 y octubre de 1966 en Morelia. Así, al estilo de la guerra sucia,
como la que estamos viviendo en Michoacán desde que el gobierno federal
emprendió el combate al crimen organizado. Hace poco más de 5 años que el Estado
vive en vilo, sumido en un clima de inseguridad y terror, debido sobre todo a
los abusos de las “fuerzas del orden” contra la población. Lo sucedido la
madrugada del sábado demuestra cuánto ha aprendido en este tiempo la policía
estatal de la brutalidad de las fuerzas federales, y muestra sobre todo, la
vulnerabilidad e indefensión en la que nos hallamos los ciudadanos.
Según
testimonios directos de jóvenes que vivieron la violenta incursión de los GOEs y
de los federales en las Casas, éstos los atacaron con gases lacrimógenos, con
macanas e incluso con bats de beisbol. Hay narraciones que hablan de policías
quebrándole las rodillas a un joven, lanzando a otro desde arriba de un
cobertizo, pateando y golpeando brutalmente a muchachos ya derribados en el
suelo. Hay también testimonios de los moradores, de que los policías se
comportaron como voraces rateros y verdaderos vándalos: saqueando las
despensas, robando laptops, mochilas, celulares y otras pertenencias de los
estudiantes, destruyendo equipo de cómputo de las bibliotecas.
Hay
temor de hablar, de decir lo que verdaderamente ocurrió. Muchos de los que
fueron detenidos en un inicio, vacilan en narrar la experiencia porque fueron
explícitamente amenazados durante las 12 horas en las que estuvieron retenidos
quién sabe dónde. Les dijeron que si hablaban lo pagarían caro ellos y sus
familias. Aún hay 13 detenidos, varios heridos hospitalizados –de los cuales
poco se sabe, ante el secretismo del personal médico que los atiende- y muchos
cuyo paradero se desconoce hasta el día de hoy.
Si
como sociedad permitimos que los jóvenes sean criminalizados y violentados de
esta manera; si, aún más, no sólo lo permitimos sino que callamos por comodidad
o, en el peor de los casos, aplaudimos el uso de la fuerza bruta que pasa por
encima de cualquier derecho humano en aras de “restablecer el orden”, debe ser
porque estamos mal, muy mal. Debe ser porque ya nos acostumbramos al
autoritarismo con el que hemos sido gobernados, porque nos hemos hecho
insensibles ante la violencia infligida a un semejante y nos hemos olvidado de
que todo ser humano, por el solo hecho de serlo, tiene derechos fundamentales
que han de ser respetados en cualquier país que se considere civilizado.
Lo
ocurrido el pasado sábado a miembros de nuestra comunidad universitaria, en
espacios que sí son propiedad o están bajo resguardo de la Universidad
Michoacana, que se sostienen con presupuesto universitario y que dan cobijo a
cientos de jóvenes de escasos recursos que de otra manera no podrían estudiar
una carrera, es un atropello intolerable e injustificable. Es una demostración
de que la barbarie y la brutalidad se han impuesto como “estilo de gobernar”,
ante la ausencia total de otras capacidades más políticas, más democráticas,
más republicanas.
Los
firmantes, universitarios congruentes con su pasado histórico de compromiso
social, organizaciones sociales fraternas y ciudadanos conscientes de nuestros
derechos, declaramos y exigimos:
a) Que sí se violó la autonomía universitaria, y se
violentó a una parte importante de su comunidad;
b) Que no se agotaron las vías del diálogo y la
negociación con los estudiantes, ni se ha trabajado seriamente en atender sus
legítimas demandas;
c) Que se hizo un uso excesivo y abusivo de la fuerza
por parte de la policía estatal;
d) Que se violaron los derechos humanos de los jóvenes
moradores de las Casas que fueron allanadas;
e) Que el gobierno estatal debe ofrecer información
inmediata sobre la situación de los estudiantes detenidos y los heridos, a sus
familiares, a la comunidad universitaria y a la sociedad entera;
f) Que el gobierno estatal debe resarcir todos los
daños materiales causados al patrimonio universitario y al de los propios
estudiantes afectados;
g) Que se investigue y se castigue a los responsables
de las lesiones, el despojo, la destrucción de bienes, y, en su caso, los actos
de tortura que hayan sufrido los estudiantes durante los hechos ocurridos;
h) Que cese de inmediato la campaña de difamación y
desinformación orquestada por el gobierno estatal y las autoridades
universitarias en contra de los estudiantes de las Casas y, en cambio, se
ofrezca información fidedigna y de buena fe a la sociedad, para que ésta pueda
entender los hechos y normar su criterio;
i)
Que sean
liberados, inmediata e incondicionalmente los 13 estudiantes detenidos en el
Cereso Mil Cumbres y a quienes se pretende fincar delitos graves, con absoluta
violación a sus derechos humanos;
j)
Que las
autoridades universitarias han de reconocer
a las Casas del Estudiante como parte de la Universidad que son, y como
tales, brindar protección a las personas y a los bienes que las ocupan;
k) Que se escuche y atienda con seriedad las demandas
de los estudiantes de las Casas, respetando en todo momento sus derechos como
seres humanos y como estudiantes.
Repudiamos
el uso de la fuerza pública para reprimir la protesta social, la cultura de
criminalización de los jóvenes y todo mecanismo –institucional, judicial,
político o económico- que sirva para excluirlos de las oportunidades que
merecen y arrebatarles los derechos que les corresponden por el sólo hecho de
ser mexicanos.
¡Cuidemos
y defendamos a los jóvenes! ¡Sin los jóvenes no habrá país! ¡Sin pensamiento
crítico y libertad de expresión y manifestación, estaremos abriendo la puerta a
una dictadura!¡No permitamos que la violencia de estado reprima y silencie la
acción ciudadana!
Morelia,
Mich., 2 de mayo de 2012
Profesores nicolaítas.
D I F U N D E
http://forjandolaeducacion.blogspot.mx/
martes, 1 de mayo de 2012
Como siempre, el vulgo, los
“intelectuales” –ja, ¿dónde están?-, los medios de comunicación, los
empresarios, los administradores y una larga fauna social, emiten opiniones
respecto de los hechos ocurridos entre el estado y los estudiantes de la UMSNH.
Hay alaridos mayoritarios de que el honorable gobernador del estado tomó una
correcta decisión y pequeños atisbos de que no fue acertada.
Entre todas esas opiniones de
café -ocurrencias matutinas- llama la
atención la manifestada por el gobernador en relación a los estudiantes de la
UMSNH que no son de Michoacán: “vienen a abusar de la anfitrionía del estado y
a quitar oportunidades a los estudiantes de Michoacán.” http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2012/05/01/estudiantes-foraneos-quitan-oportunidades-a-michoacanos-vallejo/
Ya que se manifiesta el puritanismo provinciano
del administrador de un estado que pertenece a los Estados Unidos Mexicanos y
que, como “buen abogado y Doctor en Ciencias
Políticas y Derecho Constitucional” ha de tener muy claro el pacto federa
amparado por una constitución política; optemos por tomar esas palabras y
exijamos que sean expulsados todos los estudiantes que no tengan pedigrí
michoacano, por despedir a investigadores, profesores y empleados
administrativos que no formen parte de dicha estirpe. Así mismo prohibamos
fehacientemente que todo profesionista no michoacano o formados fuera del
estado ejerzan su profesión aquí.
p.d.
Agradecemos la hospitalidad parisina por permitirle al gobernador del estado de
Michoacán cursar su Doctorado en Ciencias Políticas y Derecho Constitucional en
la Universidad de La Sorbona, a pesar de no ser oriundo de París.
D I F U N D E
http://forjandolaeducacion.blogspot.mx/
lunes, 30 de abril de 2012
A
quien corresponda.
Transcurría la vida
universitaria en medio de una dulce y divina tranquilidad,
cobijada por la paloma
de paz,
cuando de pronto
apareció el fantasma de la discordia.
Ramón
Martínez Ocaranza.
Poeta y profesor nicolaita.
Texto
escrito en 1966 a partir de la agresión del ejército a estudiantes de la UMSNH
Bajo la creencia social de que
el gobierno michoacano les dio su merecido a los estudiantes de la UMSNH por
excederse en sus formas de hacerse escuchar.
Bajo el supuesto del gobierno
de Michoacán de que cuenta con instrumentos e instituciones legales para
disolver toda manifestación e introducirse en casas que son patrimonio de la
universidad michoacana.
Bajo la ficción de las
autoridades nicolaítas de que no existió violación de la autonomía
universitaria, ni violación a los derechos humanos de los estudiantes –
también- nicolaítas.
Conociendo y sabiendo que toda
creencia, supuesto y ficción alimentan el imaginario colectivo de la sociedad,
haciendo de ella una bajeza colectiva, preguntamos lo siguiente:
¿qué se espera de un estado
que golpea a sus estudiantes?
¿por qué el diálogo con
estudiantes es moderado por la secretaría de seguridad pública?
¿en qué estado, no fascista,
se usa la violencia para establecer la ley?
¿los ciudadanos estamos
cansados de tanta impunidad que justificamos la impunidad del estado contra los
propios ciudadanos?
¿en qué momento la conciencia
reflexiva y crítica de los universitarios puede ser doblegada por los medios de
comunicación?
¿por qué los estudiantes
universitarios ceden a presiones externas y acaban convirtiéndose en carne de
cañón?
¿los derechos humanos se
guardan en folletos mientras su violación se ejerce en las calles?
¿cómo compaginar la posición nicolaita
lamentando los hechos de Ayotzinapa y las albricias universitaria porque
golpeen estudiantes de la casa de Hidalgo?
Estudiantes, ciudadanos,
autoridades estatales: ¿qué sociedades han justificado la violencia como una
forma de convivencia?
Dicen los ciudadanos que es
bueno recuperar el orden mediante las fuerzas armadas, ¡vaya! Cada siervo tiene
el amo que merece.
D I F U N D E
http://forjandolaeducacion.blogspot.mx/
Lo que hay
que decir - Günter Grass
"Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos."
Fuente: Traducción publicada en el diario El País (España)
"Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos."
Fuente: Traducción publicada en el diario El País (España)
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